Juan 20, 29

Bienaventurados los que creen sin haber visto.
No es el caso de Marx, pero de algo a nada.

La Comuna ejerció en su época tal fascinación que Karl Marx, con todo y haber aconsejado prudencia a los obreros parisinos, listos a arrojarse a este "asalto contra el cielo", sucumbió por un momento a semejante idea que, en principio, había él considerado como utopía perjudicial para el establecimiento del socialismo, a saber, la supresión inmediata del Estado parásito. Escribe Marx, en La guerra civil en Francia, 2 días después de la caída de la Comuna:

En la realidad, la constitución comunal hubiera devuelto al cuerpo social todas las fuerzas hasta entonces absorbidas por el Estado parásito que se nutre de la sustancia de la sociedad y paraliza su libre movimiento. Por este solo hecho hubiese constituido el punto de partida de la regeneración de Francia.

Henri Arvon, Bakunin: Absoluto y Revolución.

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