Uno sabe pero se olvida que sabe

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Es mentira que tengo que contar tu pubis una y siete veces antes de dormir. Es mentira que anoche soñaba que te soñaba. Es otra cosa esto, no se me interprete mal. Este es un dolor de lo que parte, de viejos buques herrumbrosos que nunca dicen “aquí”. Y, no te miento, uno ya lo sabía, en el fondo, en el espejo, en el temblor de los dedos uno sabe que no existe. Uno sabe pero se olvida de que sabe.

No es mayor contratiempo porque, como se ve, el mundo ha seguido, y vos seguramente estarás riendo con tu –acostumbrada- risa, la pierna y el cabello y el mundo suelto, siempre suelto, burguesilla.

Es mentira todo.
Pero eso ya lo sabíamos.

Sábado, 28 de junio, 2008