No se lo digas a nadie

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El otro concepto también requiere de alguna dilucidación. La gente piensa que los intelectuales son gente muy inteligente y los intelectuales poco hacen para aclarar esa equivocación. Y esto, por supuesto, es una equivocación porque si alguien dice que es un intelectual no está diciendo que es inteligente, sino que gana su dinero básicamente con el trabajo con símbolos en lugar de trabajo manual. Esencialmente con símbolos, como letras, como dígitos... Porque no hay ningún trabajo que no requiera un insumo intelectual. De la misma manera que el electricista que trabaja con las manos necesita un acervo de conocimientos teóricos al igual que el ingeniero de software. Por eso a los intelectuales no hay que confundirles con los inteligentes y tenerles un respeto a priori sino que, a mi juicio, hay que saludar el principio de la revolución francesa de que toda autoridad institucional, moral o intelectual, en este caso, tiene que ganarse sus loores demostrando que lo es. Entre los intelectuales, hay mediocres, inteligentes, trabajadores, flojos, como en cualquier profesión... Como albañiles o electricistas que no trabajan bien.

Heinz Dieterich, La Izquierda y Sus intelectuales

El Eslabón Perdido

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Emo sapiens

The End is Near

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Bueno, eso vienen diciendo desde hace dos mil años, y como campaña publicitaria ha sido todo un éxito, así que se me ocurrió que también podría funcionar para el nuevo blog.

Visite campo-pagado.blogspot.com, con todos sus blogueros favoritos (eso no me incluye, desde luego). A los primeros cien visitantes: 2 horas gratis en El Oso*.

Saludos!

p.s.
Instituciones religiosas: i o u 1 derechos de autor.

*Campo pagado no se hace responsable por las enfermedades de transmisión sexual que usted pueda adquirir al utilizar sus dos horas.

Problemas

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Yo no llego a ser verdaderamente libre sino por la libertad de los otros, de suerte que cuanto más numerosos sean los hombres libres que me rodean, más profunda y amplia llega a ser mi libertad.

Bakunin.

Problema insalubre, si consideramos que los libres son una minoría peligrosamente desorganizada. Problema urgente, si consideramos el curso de nuestras vidas como algo más que excursiones de compra y venta. Problema necesario si hemos de plantearnos, alguna vez, la fuga.

Del inacabamiento, la libertad

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1. Punto de partida: el mal. No puede ser otro. El mal, el sufrimiento, la destrucción: la intolerabilidad del mundo en su estado actual.

2. El mundo tal como es resulta inaceptable; no se puede vivir sin desear otro estado del mundo y sin luchar por él.

3. No podemos ni caer en la ingenuidad criminal de desear un paraíso sobre esta Tierra, ni resignarnos al infierno sobre ella. No somos seres paradisíacos; pero la vida carece de sentido sin resistencia al mal.

4. Existe lo sagrado, pero no hay trascendencia.

5. Necesitamos orar (ponernos en conexión con ese sagrado): pero no a ningún Dios. No hay tal Dios.

6. Ojos cerrados, ojos abiertos: el poema es una forma de oración. La meditación sobre un texto esencial es una forma de oración. El recogimiento y el encuentro con nosotros mismos puede ser una forma de oración. El coito puede ser una forma de oración. Sin embargo, no hay textos sagrados ni poemas sagrados.

7. Si lo sagrado está en algún sitio, yo lo localizo en la vinculación. Los vínculos son internos a este mundo.

9. Nada hay sagrado en las obras del hombre; sí en los vínculos.

11. Nada puede reconstruirse a partir de su centro: sólo de sus orillas. Me tomo la libertad de tal desplazamiento.

12. El cielo del materialismo no está huero: es también un espacio para la epifanía de lo sagrado, para el despliegue del poder de creación de los seres humanos. (La crítica marxiana de la religión se aplica a la idea de Dios, no a la experiencia de lo sagrado).

13. La historia no recibe sentido de una Historia Sagrada acaecida una sola vez y para siempre: no tiene otro sentido que el que nosotros consigamos darle.

14. No somos siervos de un Creador: nosotros somos los creadores, lo queramos o no, para bien o —mucho más a menudo— para mal. Esa nuestra condición no cambiará un ápice por pretender ignorarla.

15. Ojos cerrados, ojos abiertos: nadar siempre a favor de la corriente es un criterio fácil. Nadar siempre a contracorriente es mucho más difícil, pero en el fondo también es fácil. Lo verdaderamente difícil e importante es ser capaz de combinar los movimientos en contra de la corriente y a su favor, para culebrear hasta el lugar de nuestro deseo.

16. El que lleva la linterna debe tener el cuidado suficiente como para apagarla cada trecho, y siempre un rato en cada encrucijada. Para no confundir a quienes podrían tener la tentación de seguirle.

18. Del abismo y el fondo sin fundamento, la contingencia.

19. Del inacabamiento, la libertad.

20. Entre esos dos jirones, el espacio de lo propiamente humano, que percibimos cuando logramos deshacernos de la mortal ilusión de fundamento y la mortal ilusión de acabamiento.


Jorge Riechmann

Del adiós

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Un distanciamiento no significa gran cosa, aunque haya de ser definitivo; a lo sumo, una manera diferente de convivir, sin perderse de vista, en un mundo tan pequeño y angosto como el que nos ha cabido en suerte.

Sartre sobre Camus (póstumamente)