Ni al sofista griego, ni al retor romano, ni al clérigo medieval se les ocurrió abandonar su postura, en el fondo contemplativa, o a lo sumo activa en la pedagogía, para pretender rivalizar con la clase dominante. Los humanistas son los primeros intelectuales que aspiran a disfrutar de los privilegios de la propiedad y del rango, y su arrogancia intelectual, fenómeno hasta entonces desconocido, es la defensa psicológica con la que reaccionan ante su falta de éxito.
Arnold Hauser, Historia Social de la Literatura y el Arte I
Me gustó ese post, Maestro, aunque me sentí medianamente ofendido. Total, dejad que los arrogantes vengan a vos. Se necesita uno para conocer al otro, o "No se confunda pendejo con arrogante. Aunque al final dan lo mismo...".
Saludos Maestro.
Raúl Marín
25 de marzo de 2009, 22:51En realidad la frase es producto de unos comentarios recientes que leían: "Dejad que los que joden vengan a mí". Y, como suelen ser las felices coincidencias, recién termino de leer a Hauser. Se me ocurrió que la actitud de ambas partes fue más bien arrogante, y de ahí la cita, que es una tentativa de explicar esa animadversión a la que es -¿somos?- propensa la "intelectualidad".
Ello aparte, la frase "ambidiestro mental" me parece de una consistencia exquisitamente digna y ácida.
:)
Saludos
El mal ejemplo
26 de marzo de 2009, 13:29pd.
desde luego que la cita se puede aplicar a tantas más lugares personas situaciones, pero lo mejor es no particularizar. :P
El mal ejemplo
26 de marzo de 2009, 14:27